El edificio se gesta como un juego, lugar de equipamiento y actividad pública democrática. Sus actividades deportivas y culturales, son sólo el motivo para dotar a Bogotá de una pieza arquitectónica de encuentro multicultural.
El programa se inserta en el edificio en un orden vertical que produce condiciones espaciales ideales en cada lugar. Desde la piscina o el auditorio soterrados pero que reciben luz natural y establecen una relación directa con el espacio público hasta la cancha múltiple en el remate vertical que permite su relación con el cielo y los cerros.
En el intermedio de estos se ubica el resto del programa en relación con una emocionante secuencia de espacios públicos en balcón conectados por la escalera juego, que orada el edificio y establece una potente relación espacial entre el edificio y la ciudad.
Los usos del edificio se resuelven en orden vertical con la piscina y el auditorio en el suelo y la cancha múltiple en el cielo. Ambos extremos están conectados por dos puntos fijos tradicionales y por una escalera juego que rodea el edificio, que inicia en el primer piso y termina en el séptimo después de pasar por una serie de espacios públicos en balcón, secuencia básica de recorrido del edificio como continuación de la ciudad.
En el intermedio de la altura esta un café público para disfrutar la vista a la ciudad
Ficha técnica
Equipo de diseño: Felipe González-Pacheco, Maria Andrea Diaz Usme, Francisco Ascencio, Alejandra Novoa, José Cohecha.
Renders: Camilo Correa.