El proyecto nació del sueño de dos familias. Una la del arquitecto y la otra la de su hermana, cada una con cuatro miembros, padre, madre y dos hijos de pocos años. Ambos tenía la ilusión de hacerse a su propia casa. Cada una para que la familia pueda crecer allá, de manera independiente y de manera conjunta. Para que los primos se encuentren en el jardín. Para que las familias tengan intimidad indispensable de una casa y al mismo tiempo puedan compartir el espacio y el tiempo si así lo quieren.
El lugar, un par de lotes esquineros en el barrio de casas Santana en el norte de Bogotá, en el pie de monte de los cerros que vigilan toda la ciudad de norte a sur, un poco más alto que el resto de la semana, presenta vistas espectaculares hacia todos los puntos cardinales. El cerro virgen cercano está muy presente al oriente y tras de este amanece, los árboles viejos y altos del separador central de la avenida principal del barrio se sienten encima todo el tiempo, la ciudad se ve rasante a lo lejos hacia el occidente después del centro de montaña verde donde se pone el sol que es dorado al atardecer.
Allá el arquitecto diseñó casas familiares iguales, dos casas gemelas en un lugar especial de una ciudad que tiene un clima privilegiado pues su temperatura promedio es 15 grados centígrados, con un clima seco y un sol que enciende a la gente de ánimo o una lluvia benévola y vertical para mirarla. Donde la luz cambia mil veces durante el día, sin insectos, ideal.
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Ficha técnica
Área construida: 1.136 m2
Diseño arquitectónico: Felipe González-Pacheco, Álvaro Bohórquez
Equipo de trabajo: José Cohecha, Camilo Correa, Gabriel Campuzano, Alejandro Méndez